el campeón

30 marzo 2009

Antonín Artaud

No me parece que lo más urgente sea defender
una cultura cuya existencia nunca ha liberado
a un hombre de la preocupación de vivir mejor
y de tener hambre, sino extraer de aquello que
se llama "cultura" ideas cuya fuerza viviente es
idéntica a la del hambre.

. . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . Antonin Artaud

18 marzo 2009

El Astrólogo

[...]

Erdosain recogió el cheque, y sin leerlo lo dobló en cuatro pliegos, guardándolo en su bolsillo. Todo había ocurrido en un minuto. El suceso era más absurdo que una novela, a pesar de ser él un hombre de carne y hueso. Y no sabía qué decir. Un minuto antes debía seiscientos pesos con siete centavos. Ya no los debía, y el prodigio lo había obrado un solo gesto del Rufián. Este acontecimiento era un imposible de acuerdo con la lógica que rige los procedimientos corrientes, y sin embargo nada había ocurrido. Quería decir algo. Nuevamente examinó la catadura del hombre apoltronado en el sillón de terciopelo raído. Ahora el revólver estaba de relieve bajo la tela gris del saco, y Haffner, displicente, apoyaba la azulada mejilla en sus tres dedos de uñas centelleantes. Deseaba darle las gracias al Rufián, pero no sabía con qué palabras hacerlo. Este comprendió, y dirigiéndose al Astrólogo que se había sentado en un taburete junto al escritorio, dijo:
-¿De manera que una de las bases de su sociedad será la obediencia?...
-Y el industrialismo. Hace falta oro para atrapar la conciencia de los hombres. Así como hubo el misticismo religioso y el caballeresco, hay que crear el misticismo industrial. Hacerle ver a un hombre que es tan bello ser jefe de un alto horno como hermoso antes descubrir un continente. Mi político, mi alumno político en la sociedad, será un hombre que pretenderá conquistar la felicidad mediante la industria. Este revolucionario sabrá hablar tan bien de un sistema de estampado de tejidos como de la desmagnetización de un acero. Por eso lo estimé a Erdosain en cuanto lo conocí. Tenía mi misma preocupación. Usted recuerda cuántas veces hablamos de la coincidencia de nuestras miras. Crear un hombre soberbio, hermoso, inexorable, que domina las multitudes y les muestra un porvenir basado en la ciencia. ¿Cómo es posible de otro modo una revolución social? El jefe de hoy ha de ser un hombre que lo sepa todo. Nosotros crearemos ese príncipe de sapiencia. La sociedad se encargará de confeccionar su leyenda y extenderla. Un Ford o un Edison tiene mil probabilidades más de provocar una revolución que un político. ¿Usted cree que las futuras dictaduras serán militares? No, señor. El militar no vale nada junto al industrial. Puede ser instrumento de él, nada más. Eso es todo. Los futuros dictadores serán reyes del petróleo, del acero, del trigo. [...]

Roberto Arlt, "El Astrólogo" en Los siete locos (1929).

11 marzo 2009

"el monstruo dice"

hay una nota en el diario
que dice

lo que quiere decir la poesía
desde hace años:

"LAS PLANTAS TOMAN DECISIONES".


usted, señora, lee eso
y dice: "¡oh! ¡qué


asombroso!"


pero a mí me escucha
y no me cree cuando digo:

"el movimiento de las plantas
es un complot más veloz
que nosotros

el monstruo de la realidad
todavía no quiere
ser nuestro

porque seguimos siendo lentos";

o escucha a paco urondo cuando dice:

"de este lado de la reja
está la realidad

la única irreal
es la reja"


y usted no comenta nada, señora.

parece que por fin
se ha tergiversado
la última tecla del 'decir'

puesto que un diario
puede decirnos cosas

y no así los poetas
que beben del 'decir'
la sed de vivir para algo.

una vuelta de tuerca

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el mal


ningún mensaje envejece

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